¿En qué consiste?
Durante una sesión de masaje reductor, el terapeuta aplica técnicas específicas como amasamiento, fricción y presión en áreas con acumulación de grasa, como abdomen, caderas, glúteos y muslos. Estas maniobras ayudan a romper las células grasas, estimulando la circulación sanguínea y linfática, lo que favorece la eliminación de toxinas y la reducción de la celulitis.